¿Qué ocurre en Venezuela, la Patria de Bolívar, donde gobierna el Presidente Maduro, heredero del Comandante Chávez que, por una parte, no puede proteger a sus gobernados, pues, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, A. C, Caracas es la ciudad más violenta del mundo y, por otra, se encuentra entre los países más corruptos y con la inflación más alta del planeta? ¿Qué pasa en Venezuela que el heredero político del fallecido comandante Chávez le ha llevado a su país a la más profunda crisis, delincuencia incontrolable, desabastecimiento de rubros básicos, recesión y falta de divisas, marcada división entre grupos políticos y la infaltable corrupción que corroe los cimientos de la democracia? ¿Qué sucede en Venezuela que el socialismo radical del siglo XXI le ha significado para los venezolanos violencia, ausencia de inversión extranjera y otros problemas provocados, según el discurso oficial, por el imperialismo norteamericano y la derecha política?
Mientras el presidente Venezolano Nicolás Maduro sigue aferrado al poder, la crisis política y económica del país está tocando fondo, conforme se puede colegir de la falta de medicinas y comida en los hogares del área metropolitana de Caracas según lo difundido por medios de prensa. A más de la falta de medicinas y comida, hay otro ingrediente referencial que evidencia la realidad por la que está atravesando la hermana república de Venezuela: “La gente siente abandono, hay más depresión y a medida que la crisis se profundiza, los problemas de salud mental se agravan”, afirma una voluntaria de Médicos sin Fronteras.
Lamentablemente en este escenario apocalíptico, los niños por su condición de vulnerabilidad, son los más afectados. Según un informe de Cáritas Venezuela, al cierre de 2019, la situación es gravísima, pues, el “33 % de la población infantil menor de 5 años presenta daños irreversibles que afectarán su desempeño físico y mental por el resto de su vida”.
¿Qué Navidad les espera a millones de niños venezolanos con “desnutrición aguda severa” con padres que sienten abandono, ansiedad y depresión? La niñez de la otrora rica y floreciente patria de Bolívar, no merece sufrir lo que ahora, está sufriendo a causa del narcochavismo.
