La salud mental de niños y adolescentes debe ser la primera preocupación para prevenir el suicidio

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Todos los días existen estadísticas crecientes en el país sobre el suicidio. La Comisión de Salud junto a especialistas buscan medidas de prevención. Creen que el tema debe ser un asunto institucionalizado, de formalización de políticas públicas, y de buena legislación.

Para Lira Villalva, promotora del proyecto de Ley de Prevención del Suicidio, no es suficiente la voluntad política y el plan nacional de salud mental y tampoco la discrecionalidad de las autoridades de turno, en un tema urgente.

Transversalización y coordinación de la atención, presupuesto, tecnología, logística y voluntad política, son entre otros, los aspectos que deben ser considerados en la prevención del suicidio dijo por su parte Pablo Poveda Mora, máster en estudios avanzados en Derechos Humanos.

Planteó una configuración de un software o un sistema integrado que coopere con la información en la transferencia de datos. Dijo que es necesario que entre ministerios haya coordinación de información para no llegar nuevamente a la revictimización a la hora de conseguir datos. Además, que se debe normar procedimientos o protocolos específicos internos (diferentes a las casas de salud externa, al momento de conocer de un hecho).

El especialista mencionó varios problemas que derivan en pensamientos autolíticos como: deserción escolar, violencia intrafamiliar, falta de recursos económicos, de ayuda oportuna, entre otras. Anotó datos muy alarmantes en trastornos en la infancia y la adolescencia.

Explicó estudios de medición en centros educativos, de la incidencia en la violencia intrafamiliar, que desde el 2010 es una constante preocupación. En Tungurahua existe cerca del 70 % de incidencia en violencia; el 48 % de niños, niñas y adolescentes han tenido muestra de ansiedad, depresión y otros trastornos sicológicos, lo que significa, que la salud mental de niños y adolescentes debe ser la primera preocupación de la sociedad.

Aimee Dubois, psicóloga Clínica, consultora para organismos nacionales e internacionales en temas de salud mental, subrayó que la salud mental no es un problema de emergencia, sino un problema estructural. El suicidio es multicausal que no solo se desprende de enfermedades mentales, hay sufrimiento psíquico en todos los casos, además incluye un sufrimiento social, que hay que tomar en cuenta.

Se refirió a los beneficios de la rehabilitación, la prevención, la importancia de que la Ley cuente con estándares internacionales y estudios de la carga de salud mental.

“Todas las personas pueden ser susceptibles de una enfermedad de salud mental, en especial en estos momentos de pandemia. La ley que se trata, es un gran paso”, aseveró.

Sostuvo que estrategias como la recolección de datos, brindar información e integrar a la
comunidad en el contexto, estadísticas específicas, mejoramiento del acceso a los servicios,
son necesarios no solo para el suicidio, sino, para todos los temas de salud mental y
prevenir un fin trágico.

Los legisladores Ángel Sinmaleza y Lira Villalva demandaron de la necesidad de tener un
trabajo interinstitucional y no de acciones aisladas para atender los casos de suicidio.
Indicaron que la visión de la Ley de Prevención de Suicidio no solo busca tratar problemas
autolíticos, sino prevenirlos.

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