La “Violencia de Género” un problema latente en la sociedad

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Thais González Suárez,  Psicóloga Clínica estudió en la Universidad Nacional de Chimborazo, especialista en psicoterapia de pareja sexual, he prestado sus servicios profesionales en varias instituciones públicas y privadas, en la actualidad  labora en el Centro de Salud Tipo B del Patronato del Gobierno Autónomo Descentralizado de la Provincia de Chimborazo en  calidad de Psicóloga Clínica.

Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada”, se puede entender como violencia de género.

Según Alberdi (2005), existen distintas formas de violencia contra la mujer, indicando que entre ellas se engloban la violencia sexual, el acoso sexual, el acoso laboral, el tráfico de mujeres, la violencia familiar y la violación como arma de guerra, entre otros. Para nombrar esta realidad se usan distintos términos: violencia de género, violencia doméstica, violencia familiar, violencia misógina, violencia machista, violencia de pareja; independientemente de las terminologías, nos parece importante señalar las claves de esta violencia, que se caracteriza por ser “una violencia específica, vertebrada por un eje ideológico caracterizado por ideas sexistas de dominación de la mujer, en sus esferas personal y social, y ejercida en contextos de relaciones íntimas: noviazgo, pareja o expareja”.

En ocasiones, nos surgen como profesionales situaciones en las que resulta difícil discernir y valorar si el acto violento se enmarca dentro de una relación de violencia o se trata de una relación con violencia. Desde el punto de vista psicológico sí se observan diferencias, tanto en la dinámica como en la caracterización del proceso.

Como indica Cárdenas (1999), “hay que diferenciar entre casos de violencia y casos con violencia. La mayoría de las familias han pasado por episodios violentos: en el 70% de las separaciones conyugales ha habido hechos violentos en los periodos inmediatamente anterior y posterior de la separación. Estos son casos con violencia, todo esto puede llevar a posible cansancio emocional al realizar la tarea de ayuda, “por lo que es vital aprender a gestionar nuestras emociones”, comentó González.

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