Disidentes de los grupos narco delictivos Urías Rondón y el llamado Frente 30 cobraron poder en el departamento colombiano de Nariño, tienen alianzas con Los Tiguerones de Ecuador.
A sangre y fuego, los disidentes del llamado Frente Oliver Sinisterra (FOS) intentan sembrar de nuevo el miedo en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas. Empujados por los enfrentamientos en Colombia con la columna móvil Urías Rondón y el llamado Frente 30, los delincuentes del FOS, que hace cuatro años provocaron la muerte de diez ecuatorianos en la frontera, hoy buscan refugio en poblados de Ecuador.
Este grupo narcoterrorista intenta consolidar su retaguardia y su zona de descanso en la parroquia ecuatoriana de Mataje, y en otros caseríos cercanos a la frontera con Colombia. Caseríos que fueron sometidos por las narcoguerrillas colombianas, con el apoyo de redes de milicianos, aprovechando la falta de presencia del Estado ecuatoriano. Según informes de inteligencia de Colombia y de Ecuador a los que accedió PRIMICIAS, los grupos Urías Rondón y el Frente 30 han cobrado poder y controlan más plantaciones y laboratorios de cocaína en el fronterizo departamento de Nariño. Para transportar la cocaína a través de Ecuador, han establecido alianzas con bandas locales como Los Tiguerones, Los Gansters y Los Lobos. Todos trafican la cocaína que adquiere en Colombia el cartel Jalisco Nueva Generación.
Para transportar la cocaína a través de Ecuador, han establecido alianzas con bandas locales como Los Tiguerones, Los Gansters y Los Lobos. Todos trafican la cocaína que adquiere en Colombia el cartel Jalisco Nueva Generación.