CONMOCIÓN. –
La comunidad ecuatoriana sigue en shock tras la violenta muerte del sacerdote Fabián Arcos Sevilla, su cuerpo fue encontrado en condiciones atroces en la comunidad de Panzaleo, en el cantón Salcedo, Cotopaxi.
Arcos Sevilla desapareció el 30 de octubre en Ambato, luego de una jornada ordinaria, sin ninguna advertencia de lo que luego sería un crimen brutal, que ahora investigan las autoridades con el apoyo de la Policía Nacional. Su desaparición, seguida por el hallazgo de su cuerpo mutilado, ha provocado un profundo dolor e indignación en sus allegados y en toda la comunidad católica de Ambato.
El 3 de noviembre, en una zona rural de Cotopaxi, un conductor que pasaba por el sector se percató de la presencia de restos humanos. Poco después, las autoridades confirmaron que esos restos pertenecían a Fabián Arcos Sevilla, quien había sido reportado desaparecido días atrás. Su cuerpo presentaba signos de violencia extrema.
El 4 de noviembre, la Policía informó sobre el hallazgo del vehículo que el sacerdote condujo el día de su desaparición: un auto marca Kia con placas TBK-4069. Sin embargo, el automóvil había sido calcinado y fue encontrado en el ingreso al barrio San Luis, de la parroquia Lloa, en el suroccidente de Quito, la familia del sacerdote fue víctima de un robo en su domicilio de Ambato.
Según los informes iniciales, los asaltantes serían de nacionalidad extranjera que en los últimos meses habían aparentado buenas intenciones ganándose la confianza del sacerdote, lo que les hizo fácil el ingreso al núcleo del religioso, estos sujetos aparentaban amistad con el sacerdote quien en más de una ocasión brindó ayuda hacia los sospechosos y sus familias, el coronel de Policía, Alex Silva, confirmó que los sospechosos están identificados a la espera de la orden de captura emitida por Fiscalía.