Quienes creían que la crisis en el país no podía ponerse peor no deben sentirse defraudados, pues, en casi tres años de mandato el presidente Moreno ha sido constante en ese sentido. En estos días precisamente anunció un paquete de medidas dizque para mitigar la crisis económica agravada por el coronavirus y la caída del precio del petróleo. Como siempre el peso de la crisis cae en las espaldas de los trabajadores y de la clase media. El presidente habló de eliminar algunas entidades públicas pero no dijo nada sobre los trabajadores de esas entidades, es evidente que esta medida viene acompañada de despidos masivos en el sector público. Dijo también que se va a crear un impuesto para los autos que tienen como avalúo más de 20 mil dólares, es decir que si tu carro está avaluado en 20 mil, pagas mil dólares de impuesto; si esta avaluado en 30 mil, pagas mil quinientos de impuesto; si está avaluado en 40 mil pagas 2 mil de impuesto, etc. Este impuesto es abusivo considerando que en Ecuador el salario mínimo es de 400 dólares. Resulta escandaloso que el Gobierno no haya encontrado una mejor manera de financiar el Estado que no sea rebuscando en los bolsillos de los ecuatorianos o echando al desempleo a los servidores públicos. Indigna porque este mismo Gobierno perdonó más de 4 mil millones de dólares a las grandes fortunas del país.
Pero, cuál ha sido la reacción de la sociedad al anuncio de Moreno? Tibia, tembleque, ineficaz. De la dirigencia sindical y del movimiento indígena poco se puede esperar, los unos porque han sido cómplices del Gobierno y los otros porque los tiempos políticos imponen su agenda electoral. Quién va a protestar esta vez? El movimiento estudiantil? Los barrios populares? Los campesinos de la costa? Los colectivos de mujeres? Los ecologistas?… En el campo popular el panorama está difícil, pero nos quedan aún las instituciones. Podrimos pensar ingenuamente que la reforma que plantea el presidente Moreno sea bloqueada en la Asamblea Nacional, al menos aquellas medidas que tienen que ver con la creación de impuestos y contribuciones. Imagino que hay en la mayoría gobiernista asambleístas electoreros que quieran desmarcarse del mal gobierno en vísperas de una campaña electoral. De todas maneras hay que tener presente que el paquete de impuestos también será obra de los asambleístas que no se pronuncien por un NO rotundo a continuar el bolsiqueo del Gobierno a los ecuatorianos.
El 80% de los ecuatorianos consideran que el Gobierno va por el camino equivocado (Perfiles de Opinión) y sólo el 4,1% de los ecuatorianos le creen a Moreno (El Mercurio). La legitimidad del vicepresidente es puesta en cuestión. La ministra de Gobierno anda esquivando juicios políticos. Tenemos un Canciller blandengue y ministros de Estado sin brújula. En fin un Gobierno sin apoyo popular con un programa económico que carece de legitimidad no debería acometer con semejantes medidas al pueblo ecuatoriano. Ya es tarde para que el presidente reconozca su fracaso y la única salida que encuentra a la crisis es una fuga desesperada hacia el pasado.
Carlos Guevara Ruiz
