Necesario exorcismo

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Milton Luna

(El Comercio)

Bien, presidente Moreno, por escuchar las demandas de la ciudadanía y de las organizaciones indígenas, que a su debido momento denunciaron los graves perjuicios que tenían los niños y niñas del campo, y las comunidades, por el cierre de las escuelas rurales, ordenada por el correísmo bajo una obsesión “modernizante”, occidental y centralista, amparada en el excluyente, publicitado y monumental proyecto Escuelas del Milenio. Bien por decidir reabrir esos espacios de aprendizaje, socialización, cultura y reproducción de la comunidad.

Bien, aunque un poco tarde. Tal decisión, por la urgencia del impacto negativo en miles de estudiantes, y en sus padres y madres, debió haberse tomado, hace meses, al inicio de su gestión. En todo caso, esto no desmerece la medida, que más bien, ahora abre una luz frente a tanta maraña dejada por el correato.

De aquí en adelante el problema es cómo reabrir esas escuelas. Para esto, con el debido respeto, la maquinaria del ministerio de educación tiene que hacerse un necesario exorcismo. Tiene que sacarse de la cabeza el correísmo que está instalado en normas, reglamentos internos, y en conceptos que solo le permiten ver los fenómenos educativos a través del lente tecnocrático y centralista que dominó los últimos 10 años. Esto se evidencia en el acuerdo ministerial que dispone la reapertura de las mentadas escuelas, y en donde, por ejemplo, no existe la crucial referencia y participación de la comunidad y de sus organizaciones en el proceso.

Solo existen los tecnócratas educativos y sus informes: el poder. La visión desde arriba. La reapertura debe tomar en cuenta la historia educativa, para encontrar el espíritu de las escuelas rurales…

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