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viernes, enero 17, 2025

Niños y adolescentes en situación de alto riesgo

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Según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), Ecuador enfrenta una grave crisis de inseguridad con cifras escalofriantes que le sitúan entre las tres naciones latinoamericanos más violentas, junto con Venezuela y Honduras.

La violencia y la inseguridad que se vive, a causa de la corrupción y el crimen organizado ponen a niños y adolescentes en situación de alto riesgo. Súmese la falta de oportunidades, el crecimiento de la economía del delito, la desidia de los actores políticos en estos temas y otros, hace que se incremente la desigualdad y la pobreza convertidos en caldo de cultivo que nutre las actividades criminales.

Piénsese lo que significa que, en los últimos cuatro años, alrededor de 250 mil niñas y niños han desertado del sistema educativo, por la violencia en cada barrio, obligados a realizar clases no presenciales, sin contar con los recursos tecnológicos que aseguren la calidad educativa. En estas condiciones, el reclutamiento de menores por parte del crimen organizado es constante y alarmante.

Guayaquil, más allá de la regeneración urbana de ciertos sectores, es una ciudad poblada de suburbios que incluyen a Las Malvinas, todos carentes de los más primordiales servicios básicos, con auge delictivo y hacinamiento. El sector de Las Malvinas, en el sur de la urbe huancavilca, liderado por el tristemente célebre abogado Jaime Toral Zalamea, comenzó a poblarse a partir de la década del 80 como resultado de la invasión de precooperativas dirigidas por este líder barrial.

Los moradores de Las Malvinas, vivieron episodios de dolor al velar y enterrar los féretros de los cuatro niños desaparecidos el pasado 8 de diciembre, y cuyos cuerpos aparecieron completamente calcinados en la zona de Taura, tras ser detenidos por militares. Esto conmocionó a la población nacional y a organismos internacionales. Ciertos sectores políticos, desde la desvergüenza y la crueldad, utilizaron políticamente la tragedia de los niños y el dolor de los padres. Y los puso en evidencia que sus alcances no tienen límites frente a la ambición del poder.

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