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martes, enero 21, 2025

Pare Padre

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Por: Carlos Ponce Jiménez

Un poema hecho canción, es una realidad que todos los seres humanos debemos cantar y cuidar a NUESTRA NATURALEZA, ES DEBER PROTEGERLA cada uno de nosotros, de nuestro cuidado y protección depende nuestra sobrevivencia. Entonces es hora de unirnos, luchar y denunciar a quienes hacen daño a la tierra, dejemos una herencia para nuestros hijos que es el tesoro de futuros de salud y bienestar es  la herencia  más digna que dejemos al presente un planeta azul sano donde el río cante, el sol baile al compás del viento, la lluvia cante a la naturaleza, los campos florezcan del color del arco iris, donde los animales bailen al compás del sonido de una sinfonía de la tierra, donde los seres humanos sean huéspedes ilustres del cuidado de la ecología, donde el mar juegue con sus olas y canten las sirenas un himno de paz, donde la montaña nos ofrezca sus cristalinas aguas con la pureza de los volcanes y del cielo derrame sus lágrimas diamantinas para dar vida y armonía en un coro de un canto de vida.

Es la década de los años 70 del siglo XX, las calles del centro histórico de Quito se cubren de afiches, en las radios se pone música es la época el rocanrol, el twist, junto con las baladas de grandes cantores del mundo cantan poemas de amor es la época de Sandro, Elvis Presley, Raphael, Favio, Nino Bravo, lucía Méndez, Rocío Jurado, Salvatore Adamo y cientos de artistas que son himnos de amor, paz, y esperanza de un mañana mejor.

De pronto al caminar por la calles rumbo a la universidad escucho una canción de Juan Manuel Serrat PARE PADRE, me aprendo la letra es un himno de denuncia a asesinos de la naturaleza que hasta hoy no podemos controlar a estos canallas que incendian y envenenan a la naturaleza contaminando el ambiente, por ello es necesario entregar este legado a los niños, jóvenes que son guardianes de la naturaleza, os brindo la letra como lección de vida hacia un futuro de conciencia y convivencia con la tierra. Su letra dice.

“PADRE, padre dígame que le han hecho al río que ya no canta. Que resbala como esos peces, que murieron bajo un palmo de espuma blanca. Padre el río ya no es el río, Antes de que llegue el verano esconda usted todo lo que encuentre vivo. Que le han hecho al bosque padre que no hay un árbol.

Con qué leña encenderemos fuego y en que sombra nos cobijaremos. Padre si el bosque ya no es el bosque; antes de que se haga oscuro, guarde usted un poco de vida en la despensa, porque sin leña y sin peces tendremos que quemar la barca, tendremos que arar sobre las ruinas y cerrar las puertas de la casa con muchas llaves.

Y usted nos dice padre “que si hay pinos hay piñones, que si hay flores hay abejas y cera y miel; pero el campo ya no es ese campo. Alguien anda pintando el cielo de rojo y anunciando lluvia de sangre, alguien que ronda por ahí padre, son monstruos de carne con gusanos de fierro.

Asómese y les dice, que usted nos tiene a nosotros y les dice que nosotros no tenemos miedo, PADRE pero asómese porque son ellos los que están matando la tierra. PADRE deje usted de llorar que nos han declarado la guerra.

Es una canción que con mucha amargura y un tanto también de vergüenza yo quiero dedicar a esos canallas que queman nuestros bosques, ensucian nuestras aguas y envenenan nuestros alimentos y se enriquecen con las miserias ajenas.”

Esta vieja canción es una lección de vida del presente, es amor a la naturaleza y nuestra convivencia con ella, razón por la cual os entrego a vosotros que se cante en las unidades educativas, en el bachillerato se conviertan en brigadistas de campos de acción para sembrar árboles de un futuro sano, para que los asambleístas fiscalicen, legislen, hagan leyes duras para estos asesinos de vida para que sean encerrados de por vida esta gente que nunca debió existir, hermanos del mundo unirnos es nuestro deber para salvar al mundo que todavía es hora de salvarle.   

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