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martes, enero 14, 2025

“Resistiendo al nihilismo desesperanzador”

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Por: Lisandro Prieto Femenía

Hoy quisiera invitarlos a leer un ensayo entrañable y necesario para nuestro tiempo, marcado por la tecnología, el individualismo y la alienación voluntaria, una época en la que el nihilismo se ha convertido en una amenaza latente para la humanidad. Se trata de la obra “La resistencia” (2000) de Ernesto Sábato, y emerge como un llamado urgente a la reflexión y la acción, un halo de esperanza para un gran escritor que jamás perdió la fe en el hombre que no teme pensar.

La sensación de vacío existencial, la pérdida del sentido y la desesperanza parecen haber calado profundamente en la sociedad actual, dejando a muchas personas atrapadas en una rutina desprovista de significado. Frente a ésto, Sábato, con su característica profundidad filosófica y su sensibilidad literaria, denuncia los efectos deshumanizadores de una modernidad que ha priorizado el progreso técnico por sobre los valores fundamentales de la humanidad. En este gran ensayo, nuestro autor nos interpela para resistir el nihilismo y construir una existencia basada en la solidaridad, la empatía y la búsqueda de pequeñas certezas que iluminen nuestra condición humana.

En “La resistencia” (2000), Sábato aborda con lucidez el proceso de deshumanización que atraviesa la modernidad: en su visión, el avance desmedido de la tecnología y el consumismo han relegado a un segundo plano los valores esenciales que configuran nuestra humanidad. La alienación provocada por el frenesí de la vida moderna, la creciente desconexión entre las personas y la falta de contacto con la naturaleza son, para Sábato, síntomas evidentes de una civilización en crisis y decadencia.

“Hemos creado un mundo mecánico y desolado, donde los hombres han dejado de mirarse a los ojos y de hablarse con el corazón”

Claramente, la tecnología, en lugar de acercarnos, nos ha aislado en burbujas virtuales de soledad: este fenómeno no sólo afecta las relaciones humanas, sino también nuestra capacidad de reflexión y autoconocimiento. Es preciso indicar que el diagnóstico de Sábato resuena con advertencias previas de otros pensadores, como Martin Heidegger, quien en su obra “La pregunta por la técnica” señala que la tecnología moderna reduce al ser humano a un mero recurso, un ente más dentro del engranaje del sistema tecnocrático. Ni hablar de los aportes de Theodor Adorno y Max Horkheimer en su “Dialéctica de la Ilustración”, mediante la cual critican el predominio de la razón instrumental que despoja a las personas de su individualidad (en tanto singularidad) y creatividad.

Para Sábato, esa pérdida de humanidad sólo puede enfrentarse si recuperamos los lazos del cooperativismo y cultivamos una vida interior rica en reflexión y sentido. Está claro que es necesario “resistir”, pero no como un acto de pasiva resignación, sino como una lucha activa contra el vacío espiritual que amenaza diariamente con devorarnos.

 “Solo a través del amor y la compasión podemos redimirnos como especie”

La lucha contra el nihilismo no es una tarea sencilla, sino más bien una empresa que exige un compromiso ético profundo y una revisión de los valores fundamentales que sustentan nuestra existencia. Ante el vacío de sentido que caracteriza la posmodernidad, Sábato nos insta a resistir a través de la reafirmación de valores como la autenticidad, la solidaridad y la trascendencia. En su ensayo, nuestro autor destaca la importancia de encontrar pequeñas certezas que iluminen el camino en medio de tanta incertidumbre, puesto que la resistencia no es una negación pasiva de lo que sucede, sino una afirmación activa de la vida, incluso (y sobre todo) en sus momentos más trágicos y difíciles.

“La resistencia no consiste en evadir el caos, sino en enfrentarlo con el coraje de quien sabe que la vida vale la pena ser vivida”

Este llamado no es nuevo, puesto que tiene eco del pensamiento de Nietzsche, quien en su obra “Así habló Zaratustra” propuso la creación de nuevos valores como respuesta al nihilismo. La superación de esta instancia decadente, según este autor, pasa por el concepto del “superhombre” (Übermensch), una figura que tiene la valentía de afirmar la vida y transformar el sufrimiento en una fuente de creación y sentido. Al igual que Nietzsche, Sábato también nos invita a asumir la responsabilidad de dar forma a nuestro propio destino, sin depender de estructuras externas que nos dicten qué es valioso.

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