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martes, octubre 8, 2024

SOÑAR NO CUESTA NADA…

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De los siete pecados capitales

Artículo de Opinión Por: Edgar Frías Borja

Como anillo al dedo cae esta ilustración histórica, que en todo su contexto se parece a la realidad ecuatoriana. Pues, Una noche, en el Café Levante, creado por el gallego escritor y dramaturgo Ramón María del Valle-Inclán, lugar en el cual todas las noches se reunían los intelectuales de la generación del 98, en amena tertulia, se hablaba sobre los españoles y de los distintos tipos y clases de españoles que existían.

Entonces el novelista vasco, Pio Baroja, levantó la voz y dijo: “La verdad es que en España hay siete clases de españoles”. Sí, como los siete pecados capitales. Los que no saben, los que no quieren saber, los que odian el saber, los que sufren por no saber, los que aparentan que saben, los que triunfan sin saber, y los que viven gracias a que los demás no saben, y; estos últimos, se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”

La pregunta del millón surge, como una necesidad imperiosa de conocer en qué categoría se encajona la realidad existencial de cada uno de nosotros, los mortales de este agónico país. Estamos entre los que no sabemos para qué existimos y vivimos por vivir alegremente; o acaso, nos ubicamos en grupo de los indiferentes, de los que les importa un bledo lo que pasa en el país.

Si no es en ninguno de los dos anteriores, sería de sospechar que nos hemos ubicado en el sector de aquellos que odian el saber, porque es preferible vivir en la ignorancia, cómodos sin complicaciones; ya que resultaría una herejía sufrir por no saber. Pero lo real, lo traumático, lo inconcebible es el papel de aparentar no saber y existir cómodamente en la indiferencia de lo que pasa o sucede con la Patria.

Pero, hay astutos que engañan y envuelven con su cara o sus actos del yo no sé, eludiendo sus responsabilidades, buscando responsables o haciéndose los giles, mientras lucran por bajo la mesa.  Sin embargo no podemos también desconocer a aquellos dechados de la suerte, que logran triunfar sin saber el porqué de su existencia humana.  

Y para cerrar este círculo del yo no sé o no sabía, surgen los avivatos, aquellos que viven del trabajo de los giles, aquellos que se creen los enviados para “salvar” a una “sociedad decadente”, en trance de un seguro deceso.  A estos especímenes se los conoce como políticos o intelectuales.

Como soñar no cuesta nada, es necesario hoy más que nunca, tomemos una posición seria, ante el desastre eminente de la Patria. No solo nos amenazan las plagas de este siglo, sino que nuestra indiferencia, nuestro quemeimportismo y la falta de dolor, nos pasará muy pronto una altísima factura, que no será sino la partida de defunción de la nuestra sociedad actual, en crisis. (fedgar_unedsa@yahoo.com)

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