Por: Edgar Frías Borja
Ahora no solo de pan vivimos los ecuatorianos, sino también de buenas intenciones. Así es como se evidenció el pensamiento de los vicepresidenciales, luego del debate que sostuvieran en el debate organizado por la Universidad Bolivariana.
A parte de reconocer la participación positiva de los catorce asistentes a este examen público, para merecer el voto y ser electas o electo vicepresidente del país; no cabe duda, que el acto fue bien llevado y con total imparcialidad. Iguales oportunidades tuvieron quienes participaron para exponer y defender su postura política frente a los ejes temáticos planteados.
Sin embargo, queda también una sensación agridulce ante la negativa de asistir, por parte de quienes estaban en la obligación moral de acudir y que por razones aún no justificadas brillaron con su ausencia.
Cuando proponemos como titular de este artículo, las buenas intenciones, deseo hacer una recopilación de lo que se pudo captar como pensamientos, ideas, aspiraciones o planteamientos de los candidatos a la vicepresidencia, con respecto a los ejes temáticos propuestos.
Las candidatas y candidato debatieron sobre el rol de la vicepresidencia, la seguridad, la economía y desarrollo; pues, Junto a Carla Larrea, de Construye (lista 25), en el primer bloque debatieron Cristina Reyes, de Amigo (lista 16), Katiuska Molina, de Pachakutik (lista 18), Verónica Silva, del Partido Socialista (lista 17), Karla Rosero, de Avanza (lista 8), Blanca Sacancela, de CREO (lista 21) y Ma. Luisa Coello, de Democracia Sí (lista 20). En el segundo grupo Lucia Vallecilla, de Centro Democrático (lista 1), Alejandra Rivas, de la Izquierda Democrática (lista 12), Inés Díaz, de SUMA (lista 23), Dallyana Passailaigue, del Partido Social Cristiano (lista 6), Pacha Terán, de la Unidad Popular (lista 2), Diego Borja, de la Revolución Ciudadana (lista 5) y Cristina Carrera, del PID (lista 4).
En resumen se hizo hincapié sobre seguridad y empleo, apoyar a las empresas y a los emprendedores; se prometió que no habrá disputas de poder y que se concentrará el accionar de la vicepresidencia, en la reactivación productiva y la generación de empleo desde la economía popular y solidaria. Como soñar no cuesta nada, aspiramos que el rol que debe cumplir el o la vicepresidenta, no se reduzca a una simple figura decorativa de la democracia ecuatoriana, sino a una real participación en la administración del estado, asegurando que su papel sea de beneficio para el progreso y superación del pueblo ecuatoriano.