ACCIONES. –
La Ciclovida 2024 dejó un mensaje claro: la comunidad ciclista de Riobamba y Chimborazo no permitirá que las muertes de Carla Barona y Anderson Morocho queden en el olvido. Este es el inicio de un cambio profundo en la relación entre ciclistas y conductores.
En un país donde las estadísticas de accidentes de tránsito son alarmantes y los ciclistas viven riesgos constantes, la manifestación pacífica “Ciclovida 2024” fue en una muestra de unidad y protesta.
Este evento, impulsado por el deportista riobambeño Antonio Fierro y su comunidad Desnivel Positivo, levantó la voz ante la creciente inseguridad que enfrentan quienes optan por la bicicleta como medio de transporte o actividad deportiva.
La iniciativa surgió como respuesta a dos trágicos incidentes que han conmovido a la comunidad ciclística de Riobamba: las muertes de Carla Barona y Anderson Morocho, ambos atropellados por conductores que huyeron del lugar sin asumir su responsabilidad.
La indignación y el dolor provocados por estos hechos motivaron a Fierro a actuar, transformando la impotencia en acción colectiva. “No se puede seguir así, no pueden matarnos y hacer como que no pasa nada. Debemos empezar a fortalecer el respeto hacia los ciclistas”, expresó Fierro con visible malestar al convocar a una rodada simbólica que recorrió las principales calles de Riobamba. La Ciclovida no es un movimiento exclusivo de Riobamba.
Esta iniciativa tuvo sus inicios en Quito, donde colectivos ciclistas comenzaron a organizar jornadas de concienciación frente a la alarmante cifra de accidentes de tránsito que involucran a ciclistas. Inspirados por este precedente, Desnivel Positivo decidió replicar la propuesta, adaptándola a la realidad local.
Con un llamado que resonó en toda la provincia de Chimborazo, Desnivel Positivo logró congregar a cerca de 300 ciclistas, desde niños acompañados por sus padres hasta adultos mayores y familias enteras, todos unidos por un mismo objetivo: exigir respeto en las vías.
Equipados con carteles que llevaban mensajes como “¡No más sangre en las calles!” y “El respeto salva vidas”, los participantes recorrieron la ciudad en una manifestación pacífica que dejó clara su postura. Las muertes de Carla Barona y Anderson Morocho dejaron un vacío en sus familias y amigos, siendo hoy por hoy un recordatorio de la indiferencia que parece prevalecer ante estos sucesos.
Según datos proporcionados por colectivos ciclistas, los accidentes que involucran bicicletas han aumentado considerablemente en los últimos años, pero pocas veces se sanciona de manera ejemplar a los responsables. “Estas dos víctimas mortales son parte de una fría estadística que demuestra la falta de cultura vial, así como la ausencia de leyes que realmente amparen a quienes salen a hacer deporte o eligen un transporte sostenible”, explicó Fierro.
Las autoridades locales no dieron oídos a esta manifestación
Hemos llegado hasta las afueras del municipio esperando que nos den atención; no fue así, no hubo quien nos escuche, esto también debe cambiar
Tomar acción frente a estos hechos es la consigna
A lo largo de la rodada, los ciclistas entonaron consignas pidiendo justicia para Barona y Morocho, además de exigir a las autoridades locales que implementen políticas efectivas para garantizar la seguridad de quienes utilizan la bicicleta. Las demandas incluyen la construcción de ciclovías, campañas de educación vial y un marco legal más riguroso para proteger a los usuarios vulnerables de las vías. Uno de los resultados de la Ciclovida 2024 fue el anuncio de la creación de un colectivo ciudadano enfocado en promover el respeto hacia los ciclistas.
“Necesitamos que las cosas sean diferentes. Nosotros estamos unidos y queremos que las autoridades nos escuchen. Vamos a crear un colectivo que sea parte de esta transformación”, aseguró Fierro. Este colectivo, liderado por Desnivel Positivo, se enfocará en exigir respuestas a corto plazo, a más de aportar a construir una cultura vial más respetuosa y consciente. Entre sus primeros proyectos está la organización de talleres educativos en escuelas y colegios, además de encuentros comunitarios para sensibilizar a conductores y peatones sobre la importancia de compartir las vías de manera responsable.