“Vengo a pedir disculpas a Ecuador”

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l exministro de eletricidad, enjuiciado, en una mezcla de decencia y arrepentimiento tardíos, dijo: “Vengo a pedir disculpas a Ecuador y a confesar el delito”. No sabemos si los millones de ecuatorianos, víctimas del delito que él va a confesar, lo disculpen.

Lo que sí sabemos es que son muchos los “oscuros y poderosos personajes” que deben pedir disculpas. Desde los “prófugos de la justicia”, esos “oscuros y poderosos personajes” que forjan documentos que llegan a acuerdos para cubrirse las espaldas hasta causantes de las astronómicas cifras de la desuda publica, los sobrepreciadores  de millonarios contratos realizados al amparo de decretos presidenciales ad hoc, los que prostituyeron la política, los que dijeron con aspavientos haber sacado a patadas a los sobornadores de Odebrecht, los que se enrolaron en la dinámica mafiosa “con la que operaban ciertas autoridades del país, incluyendo manipulación de decisiones judiciales, en contubernio con la delincuencia organizada por los nuevos ricos”.

En esta lista de la infamia, deben estar en cola para pedir disculpas al país, pero sobre todo a las víctimas del truculento 30-S, quienes editaron y manipularon videos que se convirtieron en “evidencias” para perseguir a policías y civiles y acusarlos de  secuestro, conspiración, golpe de Estado e intento de “magnicidio”; es decir, de muerte violenta dada a la persona que por esos días ostentaba la “majestad del poder”, pero que en el fondo no era más que un villano.

Pero también deben hacer cola quienes minaron la institucionalidad democrática, despilfarraron fondos públicos en obras de relumbrón innecesarias, quienes inflaron la burocracia dorada, no la necesaria, quienes destruyeron el sueño de cientos de miles de jóvenes aspirantes a la universidad, quienes mandaron a la desocupación a miles de ciudadanos con leyes como la de la Plusvalía, quienes… con abulia miramos a otro lado durante una década.

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