Un drama y tristeza se está viviendo en Hogar Gerontológico “Padre Saturdino López Noboa” de Penipe, pues hasta el momento 11 adultos mayores han fallecido, mientras que 44 están contagiados con COVID-19.
Por ello, las personas que laboran en ese ancianato, piden ayuda a las autoridades y ciudadanía en general, porque requieren medicamentos.
Para donativos se pueden comunicar al 032-907 171.
Jaime Álvarez, párroco de Penipe, mencionó que el virus lastimosamente llegó al hogar de ancianos.
En ese lugar regentan las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, y eso se debió por la imprudencia de una trabajadora.
Álvarez recalcó que antes que se cambiara el semáforo, todos los trabajadores se hallaban disciplinados dentro de la casa, es decir, ninguno salió.
“Hicieron su cuarentena, pero claro son trabajadores y no pueden laborar las 24 horas y estaban cansados, y como cambió el semáforo salieron, y una fue a su casa”, dijo el párroco, quien también explicó que es una portadora asintomática y como no manifestó nada, de ahí provino el contagio dentro del hogar de ancianos.
Álvarez recordó que el virus comenzó a manifestarse luego de 15 días, tiempo en el cual se incuba, luego se hizo presente una tos permanente con fiebre en los residentes.
El asombro de los encargados se evidenció, ya que esos cuadros no son normales dentro del grupo.
“Aquí tenemos médicos y supinos que no era una gripe. Con el Ministerio de Salud se realizaron pruebas rápidas y al no ser tan confiables inmediatamente dieron 9 positivos para Coronavirus.
Álvarez citó que inmediatamente se armó un nuevo orden dentro de la casa y se generó un aislamiento.
“Las cifras empezaron a cambiar drásticamente, por ejemplo, primero eran nueva, luego 20,25 y 29”, explicó.
Ante esta problemática, los encargados del ancianato buscaron ayuda, y una de ellas se dio en el Banco Pinchincha.
Logrando así tener pruebas PCR y una parte pequeña pagó el ancianato.
Además, se hizo un barrido a 150 personas a quienes le hicieron las pruebas y 37 dieron positivo a coronavirus.
Finalmente, Álvarez lamentó la muerte de 11 ancianos y dijo que cinco religiosas se infectaron y una de ellas está luchando por su vida en Macas, hasta donde se las trasladó porque se consiguió una cama en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).
“La gente ha sido generosa con nosotros y aquí el dinero no nos sirve. Lo que nos donan se entrega inmediatamente”, subrayó Álvarez.
Agradeció a los trabajadores que han renunciado a sus familias, pues ellos están dentro de la casa al igual que las hermanas de los Ancianos Desamparados.
