PAÍS
El gobierno ecuatoriano ha dispuesto un apagón nacional que iniciará la noche del miércoles 18 de septiembre y se extenderá hasta la mañana del jueves 19 de septiembre. Esta medida se ha tomado para hacer frente a la crisis energética que atraviesa el país, y afectará a todas las provincias de manera uniforme.
Los apagones tendrán una duración de hasta ocho horas y se han programado para minimizar el impacto en las actividades productivas y laborales. Tras este primer corte, la interrupción del servicio eléctrico se suspenderá durante el fin de semana y se retomará el lunes 23 de septiembre.
En las provincias donde rige el estado de excepción, estos apagones coincidirán con un toque de queda que limitará la movilidad de los ciudadanos. Las provincias afectadas por esta restricción son Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro y el cantón Ponce Enríquez de Azuay. En estos lugares, además de los cortes de luz, los habitantes deberán acatar las restricciones de desplazamiento.
El costo económico de estos apagones es significativo. La Cámara de Comercio de Guayaquil estima que cada hora sin electricidad genera pérdidas aproximadas de 12 millones de dólares. Este nuevo episodio de apagones se suma a los cortes ocurridos previamente en abril y junio de este año, causados por la sequía y problemas en la represa de Mazar, que abastece de agua a un importante complejo hidroeléctrico.
Para reducir el impacto de estos apagones, el gobierno ha implementado el teletrabajo en el sector público durante ciertos días. Los funcionarios trabajarán desde casa el jueves 19, viernes 20, jueves 26 y viernes 27 de septiembre. Esta medida busca asegurar la continuidad de las actividades gubernamentales y mitigar los efectos de la crisis eléctrica.