Desvergüenza nacional

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Directos o solapados, solo nos han revelado que quien menos respeto tiene es el Presidente de este país, sobre quien se pasa cualquiera. Quizá, hoy, más que nunca, es cuando este  país más espera y ansía la transición de mayo próximo.

El día que llegaron las vacunas contra el Covid-19 a Ecuador, el presidente Lenín Moreno –vía Twitter– como ha sido buen parte de su gobierno y desde donde han dictado decisiones, advertía que la aplicación de las dosis estaba prevista únicamente para personal de primera línea, bajo un orden y cumplimiento estricto, con una lista que incluso se transparentaría.

No pasaron ni dos días y todo el país conoció de los primeros indolentes, avezados y
desubicados que accedieron, o habrán pedido a escondidas, que se les suministre la vacuna. Apresurado, apreció un funcionario y vocero de este gobierno para decir que ya los servidores fueron cesados de las dependencias en las que laboraban.

Pero cuando la ignorancia y el descaro son piedra angular de una administración y materias a aprobar, solo es cuestión de días. Desde el lunes de esta semana, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos –de escasa credibilidad– se ha visto envuelto en un escándalo por dirigir vacunas a una casa residencia donde permanece la madre de él, quien recibió la vacuna junto con el equipo que cuida de ella. Ni siquiera fue el centro gerontológico, como inicialmente se pretendió mentir.

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