EDITORIAL
Una de las canciones de mayor éxito de Vicente Fernández Gómez, cantante de música de mariachi, empresario, productor discográfico y actor mexicano, es la titulada Mujeres divinas, título que nos da pie a un comentario sobre dos mujeres ecuatorianas que escribieron una página de gloria en los anales de la administración de justicia en Ecuador.
Enfrentar al monstruo de la corrupción enquistada durante el régimen correísta en los más altos niveles de la administración pública, luchar desde la legalidad para vencer con paso firme a la mafia criolla integrada por políticos corruptos que han saqueado las arcas fiscales engulléndose miles de millones de dólares del pueblo ecuatoriano, y hacerlo con firmeza, con decisión, sin actitudes aspaventosas y tibias es digno de reconocimiento nacional.
Y al frente de esta lucha titánica estaban dos mujeres que encendieron una luz al final del túnel donde se encontraban parapetados una caterva de politiqueros oportunistas, carteles de la droga, traficantes de armas, lavadores de activos y más delincuentes organizados. Son mujeres incuestionablemente decididas, valientes, incorruptibles, patriotas, íntegras. Mujeres tan divinas, como dice la canción, que no queda otro camino que adorarlas. Pero, sobre todo, admirarlas, homenajearlas. Especialmente a una de ellas a quien, oscuros poderes políticos, la quieren sacar de en medio a toda costa.
A ella, a la fiscal general, Diana Salazar hay que respaldarla, apoyarla, cuidarla, protegerla, defenderla de los peligros, riesgos y amenazas que, desde las sombras, desde las cloacas, acechan con ojos carroñeros para difamarla y acabar con ella. No hay que olvidar también que a la jueza Daniela Camacho, no le tembló la mano a la hora de administrar justicia cuando, como magistrada, tuvo a su cargo todo el proceso del denominado caso Sobornos por el que se sentenció al expresidente Rafael Correa.
Nada de cobardías, nada de medias tintas. La Fiscal presentó centenares de pruebas en contra de quien, desde la cúpula del poder, dirigió una organización criminal para cometer cohechos y sobornos sin límite. Correa, a decir de Oswaldo Hurtado, fue “el hombre más poderoso que ha tenido el Ecuador en su historia. Controlaba todo, nada se le escapaba” Y este hombre tan poderoso, si logran atraparlo y traerlo, irá a parar con sus huesos a la cárcel. Junto a sus compinches, por la decisión, valentía, transparencia de dos mujeres.