PAÍS
La paralización de la central hidroeléctrica Mazar y los trabajos de mantenimiento en otras unidades explican por qué Ecuador aún depende de la importación de energía desde Colombia. Aunque las recientes lluvias han mejorado los niveles de los embalses, el país todavía no es autosuficiente en generación hidroeléctrica.

Actualmente, Ecuador tiene en papeles, una capacidad instalada de 8 254 megavatios, pero la demanda ronda los 4 700 megavatios. Cuatro razones principales dificultan el cumplimiento de esta demanda sin apoyo externo.
La primera es la paralización de la central hidroeléctrica Mazar, que no está aportando los 160 megavatios que puede generar. El Ministerio de Energía busca que su embalse alcance el nivel máximo de 2 153 metros sobre el nivel del mar para abril, con el fin de enfrentar el próximo estiaje.
Por otro lado, Coca Codo Sinclair genera entre 600 y 800 megavatios, aproximadamente la mitad de su capacidad instalada, debido a la reducción del caudal de los ríos que la alimentan.
Otro factor es que la central Toachi-Pilatón solo aporta 68 megavatios de los 136 posibles, ya que parte de su infraestructura aún está en fase de pruebas. Además, las otras hidroeléctricas, que en conjunto tienen una capacidad de 6 458 megavatios, tampoco operan al 100 % debido a mantenimientos o disminuciones en los caudales de agua. La generación térmica, que podría compensar estas limitaciones, también enfrenta problemas: ocho unidades están fuera de servicio y otras no se activan porque resulta más costoso que importar energía./ El Universo