El fútbol, entre la pandemia y la euforia

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Toda la antesala del partido por Eliminatorias Sudamericanas entre Ecuador y Brasil es digna de un capítulo para novela o serie de antipolítica e incoherencia.

El presidente Guillermo Lasso –quien es presidente del COE Nacional– exhortó por escrito al Presidente del COE Nacional (?) para que permita un aforo del 50% en el decisivo juego de la ‘Tri’. Sí, se pidió a él mismo. O bueno, en este caso, a quien hace sus veces de delegado en la plenaria, el exoficial de la Policía, Juan Zapata. 

Pero en conclusión fue a él mismo, porque es Guillermo Lasso quien debería presidir la mesa en la que se coordinan las emergencias nacionales. Aunque ese es otro cuento.

Era lógico lo que sucedería luego y, en efecto, ocurrió. El COE respondió que sí –cuando horas antes dijo que no–. Pero es que es imposible decirle que no al jefe, más aún cuando las decisiones se calculan y toman pensando en un resultado político. Y si a los ecuatorianos le damos fútbol, en consecuencia, alegría, estarán entretenidos y se olvidarán de otros temas incómodos.

Pero el gran problema es que jamás imaginaron que los organizadores ya vendieron más de la mitad de las entradas para ver a Ecuador empatar con Brasil, y que, desde que este COE Nacional emite alertas, restricciones y otras disposiciones por el Covid-19 y sus variantes, todos se pasan por encima. 

Este Comité de Emergencias no tiene credibilidad y permite que con fragilidad las decisiones se adopten entre el riesgo de la pandemia y la euforia.

 

 

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