Raúl Obregón Álvarez
Estimados lectores la mediación y la cultura de paz necesita ganar terreno por lo que con sentido patriótico y espíritu pacificador debemos enfilarnos en la marcha hacia la resolución de conflictos por la vía del dialogo, descongestionando las unidades judiciales al tiempo que dejamos de ser partícipes de lo inconveniente. Por lo que de forma rápida y somera abordaré el tema mediación, el rol del mediador y el rol del abogado frente a la mediación.
La mediación se define como un procedimiento de solución de conflictos por el cual las partes asistidas por un tercero neutral llamado mediador, procura un acuerdo voluntario que verse sobre materia transigible, de carácter extrajudicial y definitivo, que ponga fin al conflicto. Desde este punto de vista, el mediador es un facilitador de la comunicación y de la buena negociación. El mediador no es Juez ni abogado de parte ni psicólogo; el poder de decisión siempre está en manos de las partes. El mediador ayuda a las personas a identificar las cuestiones en las que discrepan, a descubrir las necesidades ocultas, a generar posibles soluciones y a tomar decisiones bien informadas.
Existen diversos tipos de comportamientos frente al conflicto en el que como afectados siempre nos ubicaremos en uno de ellos, estos pueden ser: 1. Competir o contender 2. Ceder 3. Convenir 4. Evitar y/o no hacer nada. El resultado o el final del conflicto será en función de lo que elegimos para enfrentar el problema por lo que en un momento dado el rol del abogado frente a la Mediación será lo determinante en favor o dezmero de la resolución.
El abogado de las partes es el llamado a que el cliente o la persona que contrata sus servicios, sea el que promueva acceder a la Mediación como una solución para resolver el problema. Lo importante para un abogado, no debe ser cuantos juicios tiene a su cargo o cuantos los gane sino cuantos acuerdos realice en beneficio de las partes, y sobre todo que aquella relación que se mantuvo no se resquebraje sino que mejore.