El temor al olvido después de una tragedia

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El centralismo es uno de los problemas de muchos países y Ecuador no es la excepción. Incluso en cuanto a las tragedias, como las causadas por las lluvias en este mes y medio del año, siempre tienen más repercusión las ocurridas en las grandes ciudades o puntos neurálgicos del comercio, ­pero el dolor es el mismo para todos.

Son familias afectadas por las muertes de sus seres queridos, por pérdidas de las viviendas y también está el perjuicio económico. Queda, como contraparte, la idea y la sensación de que habría sido diferente si hubiera una mayor preocupación de parte de las autoridades locales y también del Gobierno nacional para tener planes preventivos y de control de áreas sensibles en un país propensos a las calamidades naturales.

Las pérdidas materiales no son solamente temporales ni se pueden restituir en algún tiempo. Lo que se va a pique es el patrimonio de una familia que se ha levantado como parte de un sueño de vida. Y esto es algo mucho más profundo. Eso se sintió tras el aluvión en los sectores de La Comuna y La Gasca, pero también en otras zonas del país.

Las historias de Cotopaxi y que cuentan sus pobladores son intensas y conmueven. Pero también presenta la idea de que las comunidades de Pucayacu y El Palmar, que padecieron el desborde los ríos cercanos, tienen un enorme sentido de dignidad y que se han apropiado de una férrea voluntad de salir adelante.

En estas zonas también recibieron la solidaridad de personas e instituciones de todo el país. Los ministerios y empresas públicas se hicieron presentes con maquinaria y personal para atender la emergencia. También fueron el presidente Guillermo Lasso y el vicepresidente Alfredo Borrero, para evaluar los daños. Sin embargo, fue una reacción tardía y algo incompleta.

Por ejemplo, no se ha hablado de la vía de Pucuyacu, de los nueve puentes que se vinieron abajo ni de los kilómetros de carretera destrozados. Eso deja una incertidumbre: siempre será posible caer en el olvido. Y eso es algo que atemoriza a los pobladores.

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