Hoy, 21 de febrero, se conmemora el Día de Médico Ecuatoriano y del Bibliotecario Nacional. Días instituidos en homenaje a Eugenio de Santa Cruz y Espejo, precursor de la independencia, médico, bibliotecario, escritor, periodista, pedagogo, investigador.
La profesión de la medicina es un apostolado social que requiere dignidad, sabiduría, dedicación total, gran sensibilidad humana, profundo espíritu de solidaridad puestos al servicio de los demás bajo el juramento de Hipócrates. El médico está ahí en los momentos de angustia de la familia para brindar atención oportuna, dar esperanza, optimismo en los hogares, en hospitales y centros de salud, para convertir la salud en un derecho universal y contribuir, desde la ciencia, la tecnología, la actitud positiva al buen vivir de los ciudadanos. Pero también están junto a la comunidad en la prevención de las enfermedades ganándose la consideración, el respeto, la confianza de la población por esa aproximación a la existencia del ser humano. Y es que, sin los médicos, la vida y salud, los valores más preciados del ser humano, estarían en constante peligro. Ellos saben y actúan en el contexto de que “La salud del pueblo es la suprema ley”.
Al recordar el Día del Médico ecuatoriano, está fresca en la memoria de los ecuatorianos el esfuerzo y sacrificio de nuestros héroes anónimos, los profesionales de la Medicina, que no se dieron tregua en las largas jornadas de trabajo en las horas aciagas de la presencia del Corona virus que azotó a la humanidad a nivel mundial. Sin el valioso, inmenso sacrificio de miles de médicos, el pueblo ecuatoriano habría desembocado en una situación sanitaria indescriptible. Gracias por lo que hicieron ayer y lo hacen hoy en bien de salud del pueblo.
En esa fecha, también se evoca a Espejo, como primer director de la Biblioteca Nacional en 1791. Es, por tanto, también un poderoso referente y paradigma de los bibliotecarios nacionales. Estos profesionales de la cultura, hoy en día, ofrecen el conocimiento humano, no solo a través de las bibliotecas tradicionales, sino también por medio de las nuevas tecnologías de la era digital. Son guía, apoyo y ayuda para la investigación, estudio, lectura, el desarrollo profesional, cultural y científico de docentes, estudiantes, intelectuales, escritores, lectores.