La primera pregunta que nos deberíamos plantear, al referirnos a los 100 días del gobierno de Guillermo Lasso, es: ¿qué más se ha realizado aparte del plan de vacunación? Sí, ha sido una cruzada formidable que ha cumplido con sus objetivos. Nueve millones de ecuatorianos en 100 días han recibido las dos dosis de vacuna contra el Covid-19. Gestión que demuestra, con sobrado mérito y resultado, que el gobierno anterior lo que menos mostró fue interés por inmunizar a los ecuatorianos. La administración actual tomó la bandera y sacó adelante lo que parecía estancarse.
Sí. Ahora, salgamos del exitoso y rimbombante plan de evacuación.
¿Qué ha marcado los 100 días de gestión del presidente Guillermo Lasso? Cambiar ministros, ubicar a gente de su confianza en puestos estratégicos y ganarse uno que otro problema en algunas provincias, como Chimborazo y Pastaza, por cuestiones de la malhadada “gobernabilidad”. Acuerdos políticos que obligaron al Presidente a priorizar a otras organizaciones políticas en espacios de suprema representación territorial, como gobernaciones.
Con la Asamblea, algo similar. Escasos tres a cinco proyectos de ley y reformas presentados que hasta ahora el Pleno del Legislativo no los pone en tratamiento. Una minoría de asambleístas que, a rastras, conformó una bancada con congresistas independientes, pero sin fuerza absoluta aún. Un desgaste de poder a poder, entre la Asamblea y el Ejecutivo, que al puro estilo de juego de tronos se pelea la escasa popularidad y credibilidad que queda entre los mandantes.
En la agenda económica y productiva, poco que decir. Una herencia nefasta que hasta ahora no recibe la etiqueta de urgente. Agricultores, transportistas, docentes, ganaderos, pesqueros, silvicultores y otros sectores y gremios sin recibir atención.
Se cumplieron 100 días del gobierno de Guillermo Lasso –y sí– tenemos vacunas. Pero nos falta mucho aún.
