Artículo de opinión: Eduardo F. Naranjo C.
Las artes como formas de comunicación son el primer intento de superar el tiempo y el olvido; así quedaron marcas de existencia humana en cuevas y hasta el presente el camino sigue con la especie mostrando su proceso evolutivo. La capital se prepara para celebrar una vez más la creatividad de esta fundamental expresión del pensamiento, donde luz, color y sonidos dan vida y permanencia a expresiones del espíritu.
Visité una muestra del artista cotopaxense Rodrigo Viera Cruz, expuesta en ‘La Caponata’, local conocido en el centro de Quito, donde hay de todo y se respira el aroma del recuerdo. La muestra es un símbolo válido: un niño intentando comunicarse con el futuro representado por varios elementos que incluyen robótica e inteligencia artificial. El artista dice que «la vulnerabilidad del ser humano condiciona al artista a producir obras que tengan atemporalidad metafórica».
La percepción humana a veces no alcanza a captar el mensaje cuando es surrealista, pero en este caso es explícito y motiva a la imaginación del perceptor, que de alguna forma encuentra una expresión de angustia en el camino que resta.
Viera presentará también una muestra en la Tercera Feria de Arte, que se realizará del 15 al 18 de agosto en el Centro Metropolitano de Convenciones y que agrupará artistas nacionales e internacionales que compartirán colecciones, arte fotográfico y trabajos de escultura. Este evento es un aporte más a la cultura ciudadana; dará cabida a artistas nacionales e internacionales de diferentes estilos. Adicionalmente, habrá oferta de productos destinados a la realización artística, anticuarios y otros proveedores.
El entusiasmo indeclinable de Viera como gestor cultural lo lleva por todo el país organizando eventos de magnitud, una labor difícil en tiempos de cólera, pero quizá es un bálsamo para que mentes inquietas puedan hallar destinos y motivación en las expresiones de belleza estética que se ofrecen para liberar emociones de quienes tienen la osadía de percibirlas, sentirlas, juzgarlas y asumirlas./ La Hora