Los incendios forestales de Brasil en agosto del 2019, acabaron con miles de hectáreas, dañaron enormemente los pulmones del planeta y consecuentemente acabaron con la rica fauna y flora de la selva amazónica. Por los incendios forestales de Australia donde el fuego dejó un paisaje apocalíptico con más de mil millones de animales muertos desde comienzos del 2020, dramáticas voces de científicos y movimientos civiles resonaron a nivel planetario.
En lo que respecta al Ecuador, lamentablemente, los incendios son frecuentes, especialmente en la serranía. Así el Ministerio de Ambiente informó en algún momento, que 12 provincias han sido afectadas por incendios forestales; y puntualmente, en Pichincha, Imbabura, Carchi, Cañar, Chimborazo y Azuay miles de hectáreas de bosques de eucalipto, ciprés y pajonales han sido devastadas por siniestros de gran magnitud. Y por estos días, el incendio en el cerro Casitagua de Pichincha, se quemaron trescientas hectáreas, hábitat de conejos, colibríes y roedores.
En este contexto, la adquisición de una nueva unidad bomberil con características técnicas apropiadas por parte del Cuerpo de Bomberos de Riobamba para potenciar el servicio a la ciudadanía y combatir los incendios forestales, es ciertamente una buena noticia, sobre todo frente a la increíble irresponsabilidad de ciertos pirómanos que no miden las consecuencias de su tendencia patológica a provocar incendios, como es el caso del Ecuador donde, según información estatal, “el 95 % de los incendios son causados por la actividad humana y, apenas, el 5% “por las fuertes temperaturas del ambiente”
La ciudadanía debe colaborar con las acciones de solidaridad y servicio a la comunidad de los miembros de la Casa roja y llegado el caso, denunciar las acciones criminales en contra del ecosistema
