El complejo de humedales Lagartococha – Cuyabeno – Yasuní en la región amazónica ecuatoriana, cumple un año de haber sido incluido en la lista de Humedales de Importancia Internacional por parte de la Convención RAMSAR, siendo el sitio número 2.332 en el mundo en recibir esta importante denominación, su categoría radica en la incorporación de 770 mil hectáreas, a las 290,815 hectáreas de área total entre las 18 zonas ya existentes, lo cual convierte a este complejo de humedales, en el número 19 más grande del país, según el “Fondo Mundial para la Naturaleza” (WWF, por sus siglas en inglés).
Este complejo de humedales crea un importante corredor de conectividad entre las cuencas de los ríos Aguarico, Lagartococha, Napo y Yasuní, ubicadas en las provincias de Sucumbíos y Orellana al nororiente del país. Esta declaratoria revela la importancia hídrica, biológica y ecológica de la zona, que está formada por centenares de ríos, riachuelos, pantanos y lagunas, que forman un complejo sistema acuático interconectado; dinámico y cambiante según las condiciones meteorológicas.
Este ecosistema posee una enorme biodiversidad: más de 200 especies de anfibios y reptiles, 600 especies de aves y 167 especies de mamíferos conviven en el lugar, muchos de ellas en categoría de amenaza como el delfín rosado (Inia geoffrensis), la nutria gigante (Pteronura brasiliensis) y el manatí (Trichechus inunguis), o el paiche (Arapaima gigas), el pez de agua dulce más grande del mundo y, el bagre de río en sus diferentes variedades, que constituyen alimento indispensable para la dieta de las poblaciones locales.
Otro aspecto importante del humedal es la movilidad e interconexión de las comunidades kichwas, sionas, secoyas, cofanes, waorani y mestizas del sector. La vía acuática es el principal modo de transporte, permitiendo que sus habitantes puedan intercambiar productos entre sí y con otras poblaciones más alejadas. Además de propios del sector, se movilizan, cientos de visitantes que llegan cautivados por uno de los mayores atractivos turísticos naturales del país.
Además de todos los beneficios antes mencionados de este humedal, hay otro de fundamental relevancia a nivel global, ya que este ecosistema genera un papel fundamental en la regulación del clima. El agua que se evapora viaja hacia los Andes, convirtiéndose en lluvia en la serranía ecuatoriana.
Es justamente este proceso el que hace que la Amazonía, gracias a sus complejos sistemas hídricos, tenga importancia mucho más allá de sus fronteras geográficas, teniendo un papel protagónico en la regulación del clima mundial y la mitigación del cambio climático. Tenemos un compromiso enorme, conservar este importante humedal y aprovechar sus beneficios a corto y largo plazo. (22)