SOCIEDAD
Ha pasado más de un año desde la promulgación de la ley y al menos tres disposiciones, incluyendo el uso de plásticos en zonas protegidas, siguen sin cumplirse en su totalidad.
En el mundo, los humanos producen y consumen tantos plásticos que podrían llenar un país del tamaño de Francia y aún así necesitan más espacio. Según estimaciones del Fondo Mundial de la Naturaleza de las Naciones Unidas (WWF), se generan 1.300 millones de toneladas de desechos plásticos por año. Y esta cifra aumentará a 2.200 millones de toneladas para 2025.
Ecuador no está exento del fenómeno de la basura plástica. Datos del Ministerio del Ambiente estimaron en 2019 que unas 1.500 millones de fundas se usaban anualmente en el país.
Por lo general, estas fundas, llamadas ‘tipo camisetas’, se reciben en los locales comerciales y supermercados, y se usan una sola vez. Algunas se reutilizan, y luego finalmente terminan en la basura común y no en depósitos correctos de reciclaje. Para impulsar la reducción de plástico, la academia, activistas sociales y el MAE concibieron la Ley Orgánica para la Racionalización, Reutilización y Reducción de Plásticos de un Solo Uso, que se aprobó en diciembre de 2020. Según Cecilia Torres, activista y miembro de Mingas por el Mar, la ley tiene como objetivo establecer un marco para regular la generación de residuos plásticos y su reducción progresiva. Cuestiona que al “haber transcurrido más de un año desde su promulgación, varias disposiciones debieron haberse cumplido o iniciado”.
Plásticos en áreas protegidas
El artículo 9 de la Ley prohíbe a partir de los 12 meses de entrada en vigencia de la ley el uso de bolsas y envases de plástico en las Áreas Protegidas del país. Esto incluye playas, islas, islotes, riberas, lagos, lagunas, páramos, bosques protectores y los 70 espacios que son parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). /Primicias ec Pero como denuncian ecologistas, estas prohibiciones se incumplen