Recuperar los espacios públicos y el patrimonio

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Los días de feriado y descanso, en muchas ciudades, son usados por sus propios habitantes como espacios para el esparcimiento y disfrute del paisaje urbano y patrimonio, por ejemplo, en Quito y Cuenca. En otras, como la capital chimboracense, los riobambeños son los primeros en salir de la ciudad en busca de otro tipo de entretenimiento, a cantones vecinos como Ambato, Baños de Santa o Pastaza. ¿A qué se podría deber todo esto?

Lejos está la hermosa Riobamba de ser Quito o Cuenca, es verdad. Pero es que tampoco se han hecho esfuerzos para siquiera llegar a ser como esas ciudades. 

El Municipio no se atreve a emprender una campaña para la recuperación de un patrimonio olvidado, mucho menos para el cuidado ni apropiación de algunos espacios públicos. El mayor sector de divertimento en la Ciudad Bonita es una calle que, en las noches, vende diversión nocturna y consumo deliberado de alcohol en zonas públicas. Los pocos museos y sectores que nos evocan a la historia de una de las primeras y prósperas ciudades de la Colonia pasan cerrados o se convirtieron en zonas inseguras y olvidadas, como la Plaza Alfaro o las inmediaciones de las unidades educativas Pedro Vicente Maldonado y San Felipe Neri.

Y si algo bueno se hace, queda a medias. Riobamba tiene un hermoso edificio recuperado, el teatro León. Una joya restaurada pero que solo se abre en ‘ocasiones especiales’. Luego de eso, solo queda a la imaginación de los riobambeños de cómo quedó luego de la retocada. ¿Para cuándo será un bien público y masivo? 

Es imposible pensar que el éxodo de riobambeños en los feriados es cuestión solo de amor propio, es un asunto también de las autoridades, que por ahora es una asignatura pendiente.

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