SOÑAR NO CUESTA NADA…

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Por: Edgar Frías Borja

El ayer, es como el viento que ya pasó, un recuerdo, un sueño que pudo o no ser realidad. El ayer nos trae la nostalgia de hecho vividos, consumados y proyectados.

Los recuerdos se agolpan como olas consecutivas que se mueren en la orilla, como nubes presurosas que surcan el firmamento llevadas por el céfiro. El ayer está inspirado en la vivencia real de quienes luchan hasta el final del día. De aquellos que siembran con la esperanza del mañana. De aquellos que soñamos con un mundo mejor.

Trovadores, poetas, aravicos, vates, todos juntos y de una misma especie con diferente estilo, recogen del ayer esa nostalgia, de lo que fue y ya no lo es.

Los arlequines toman para sí la rapsodia, para del lamento sonsacar una carcajada, burlándose de las nostalgias de ayer y lucir el presente como la cura a las heridas y el dolor.

Cuánta razón tuvo Alexander Von Humboldt, al decir “…Vivo en una tierra donde su gente duerme en el cráter de los volcanes, sobre piedras de oro y alegrándose con su música triste” …

Y lo aseverado por Humboldt, no es solo un pensamiento y una reflexión, es la realidad intrínseca del ecuatoriano, de aquel ser que nació en esta bendita patria, para cantar a la vida, al amor, a la naturaleza y a su esencia misma, que lo identifica con su nacionalidad impertérrita.

El músico coloca sus arpegios a los versos, que impulsan al hombre a cantarlos, diciendo…Al morir de las tardes, hay un ave que canta con extraño amargor. Yo no sé si la pobre, ha perdido el camino, para mi va rimando, su tristeza y dolor.

Nuestra bella música ecuatoriana…no solo es música… sino literatura pura.

Tú…ni siquiera vives todavía, y yo, ya de vivir tengo pereza… parte de otro de aquellos poemas hecho música…

Soy como todo bosque… de árboles musgosos… de tallos agobiados por crueles decepciones… Una clara parodia de la vida… donde se conjugan la música con el arte literario.

No hay necesidad de escribir una elegía para cantando estas y otras canciones decir lo que es la vida es en la cotidianidad de la existencia humana de los ecuatorianos…Con música y con poemas, hemos escrito la historia de nuestros pueblos… Quienes no amen y valoren cada pieza musical de ese antaño valioso, sufren de un vacío profundo y luctuoso.

Sino volvemos a lo nuestro, de seguro estamos sepultando, todo lo valioso de nuestra rica cultura y de nuestra identidad, como pueblo que emergió a la vida para ser sempiterno.

Tu y yo, somos los responsables de trabajar en el rescate de la música ecuatoriana. No importa que sea lastimera y triste, Es nuestra música, es nuestra historia, es nuestra realidad cotidiana.

Como Soñar No Cuesta Nada, que este confinamiento, sirva como la oportunidad propicia, para volver a empezar, en el rescate de nuestra historia, de nuestros valores culturales, de nuestra música, de nuestro folklor, de nuestras costumbres, de nuestra gastronomía, de nuestra poesía.

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